martes, 14 de septiembre de 2010

Crónica de París












































































































































































Caminar París es tener un destino incierto en cada paso, es sumergirnos a lo largo de sus calles, de sus plazas en un halo de misterios, romances y emoción.
París está llena de sorpresas que pueden ser develadas a la vuelta de cada esquina: una calle con encanto que aguarda sorprendernos con pequeñas boulangeries, cuyas confituras invitan más a la contemplación que a la degustación, una magnífica vista de la torre que develamos sorpresivamente detrás de la fachada de algún edificio estilo art nouveau, el localcito de delicatessen más encantador del mundo, pimpollos de rosas perfumando las veredas que aguardan por decorar algún departamento parisino.



Transmitir lo que se siente al caminar París es una tarea compleja si las hay, son sentimientos, aromas, sensaciones, colores, texturas puestas en juego que nos pueden llevar toda una vida desentrañar.



Pero, más allá de esto, lo que acompaña siempre en un viaje a París son aquellas concepciones previas que uno tiene sobre esta ciudad, lo que significa París, ya desde antes de recorrerla y que luego, por supuesto, no nos decepciona.



Hoy les voy a contar mi experiencia en París, al caminar esta ciudad uno no sólo descubre sus secretos, sino también se da cuenta que el corazón tiene secretos que no habían sido aún develados. Eso es lo que nos hace París, experimentar emociones nuevas, sentimientos encontrados y nos da el privilegio de guardarlos para siempre, bajo llave, en lo más profundo del corazón y evocarlos cada día de nuestras vidas.
¿Qué esperamos para recorrerla?


DIA 1
Llegamos por la mañana, era un día hermoso en París.
En nuestro primer día en la ciudad luz recorrimos la famosa Ilhe de la Cite.
Esta es la isla donde se halla la:



Catedral de Notre Dame, entrar a la catedral es una experiencia mística, más allá de las creencias religiosas que se puedan tener, en su interior se respira un halo de misterio, provocado en gran parte por la luz que se filtra a través de su maravilloso rosetón.
Lo importante de Notre Dame, a diferencia de la Abadía de Westminster en Londres, es que la entrada por suerte es gratis!



Si se fijan en su sitio web verán que allí hay un cronograma con las actividades diarias, ir en horario de misa es interesante, ya que cantan y esto contribuye aún más a mistificar la visita.
A las 21 horas pasan un filme que se llama Notre Dame de París, nosotros fuimos pero la verdad que no vale demasiado la pena. También se puede subir a sus torres, sale alrededor de 7 u 8 euros y la cripta. Había una hora de cola para subir, así que no fuimos.

Callecitas de Notre Dame, caminar por las callecitas del costado de la catedral es un lindo paseo, de ahi se puede llegar en pocos minutos a un mercado de flores que se halla en la isla, justo enfrente del Palacio de Justicia. En uno de los extremos de la isla, el que está más cerca del Pont Neuf, está la plaza del Delfín o Place Dauphin un rincón con mucho encanto que posee la ciudad, rodeada de deliciosos cafés y bistrós.



Saint Chapelle, bueno esta es una visita obligada a la hora de recorrer la isla, si bien siempre hay algo de cola, vale la pena entrar a esta maravillosa iglesia que es un maravilloso ejemplo de arte gótico. La entrada 8 euros.



Este día también pasamos por el Hotel Dieu y la Concergeria, el primero es el hospital más antiguo de la ciudad y la segunda fue convertida en prisión estatal y allí estuvo presa María Antonieta antes de ser decapitada.

Luego de recorrer la isla de la cite y comernos una baguette de salmón y una coca cola en uno de sus bares por 7 euros, fuimos hasta el otro extremo de la isla (del otro lado de la plaza Dauphin), donde pudimos pasar a la:


Ilhe Saint Louis, cruzando el puente nos quedamos escuchando un músico de jazz que estaba allí tocando con una maravillosa vista de la Torre Saint Jacques. Este paseo lo aconsejo, ya que ésta es una isla más pequeñita que la de la Cite, en la que no habíamos reparado en viajes anteriores, pero la verdad es que es hermosa, tiene una calle central con locales muy lindos de diseño y de arte. Allí compré unos chocolates riquísimos y también tomamos helado, ya que hay varias heladerías en la isla San Luis.

Ese mismo día por la tarde fuimos a recorrer el exquisito barrio de Montmartre.

Nos bajamos en el subte Place de Clichy y de ahí comenzamos a caminar por el boulevard que lleva el mismo nombre. Esta zona no es tan elegante ni pintoresca como el resto de los barrios de París, pero es muy interesante ver los sex shops, muy caros por cierto, y el famoso Moulin Rouge, el show sale a partir de 90 euros y si vas a cenar de 120 para arriba. Desde este boulevard tomamos una calle en subida por supuesto para ascender a la colina de Montmartre, este barrio es una visita obligada en París, sus callecitas, pintores, es una postal maravillosa de la ciudad! Luego de subir interminables escaleras (también está la opción de tomar el funicular con el mismo ticket que se usa para el subte que vale 1,70 euros, aunque si sacás de a 10 te cobran 12 euros que es bastante menos), visitamos la Basílica de Sacre Couer, la entrada es gratis y está absolutamente prohibido filmar o sacar fotos, a tal extremo que hay un señor vigilando y se te ve sacar la foto te la hace borrar de tu cámara.




A una cuadras de la Basílica se halla la Place du Tertre, esta es una encantadora plaza colmada de pintores que te hacen retratos por 30 euros y enmarcada por muchos restaurantes. Algo que no me gustó fue la cantidad de mesas de restaurantes que ocupan la plaza, ya dejó de ser una verdadera plaza. En mis viajes anteriores estaba despejada. Cerca de la plaza hay muchas callecitas pintorescas y está el cabaret más antiguo de París, Au Lapin Agile, desde 1910 acogió tertulias artísticas y literarias. El lugar abre a partir de las 21 hs y cobra alrededor de 25 euros. Cerca de este cabaret se encuentran los que dicen que son los últimos viñedos de París.
Cuando caía el sol nos sentamos en las escalinatas de Sacre Couer y en una atmósfera de diversión y relax a la vez, le compramos una cerveza a un vendedor ambulante y cantamos al compás de la melodía que emulaba una guitarra contemplando un atardecer increíble sobre la ciudad de París.

Por la noche fuimos a cenar a Chez Clement, en los Champs Elysees, había leído buenas críticas por internet pero la verdad que es un lugar súper turístico donde "despachan" turistas, más que atenderlos. La chica que nos atendió estaba muy apurada y no tenía paciencia para explicarnos los platos. Comimos el menú de 20 euros con entrada y plato principal, no era malo, pero nada del otro mundo.

DIA 2
Nuestro segundo día en París nos decidimos a recorrer la Rive Gauche (estas expresiones indican las riveras del Senna para los parisinos, mientras que la Rive Droite se corresponde a la margen derecha del Senna en donde se hallan los distritos 1, 2, 3, 4; en la Rive Gauche se encuentran los "arrondissements" 5 y 6 que son el Barrio Latino y Saint Germain.



Así que empezamos nuestro paseo por el Jardin des Plantes, que es un jardín botánico abierto al público que se extiende en una 20 hectáreas. Conserva plátanos ancestrales, un jardín alpino, una rosaleda, un laberinto. Es el pulmón de París.


Atravesamos el Jardín de las Plantas y llegamos a la Mezquita de París (Mosqueé de París), allí nos tomamos un té a la menta en su café muy típico de la cultura islámica y no entramos a recorrer la mezquita, porque no hubo consenso, la entrada está 4 euros creo... También me habían recomendado subir a la terraza del Instituto del Mundo Árabe, cerca de la Mezquita, que es gratis y dicen que tiene una hermosa vista del Senna.

Después fuimos a la rue Mouffetard que fue uno de los escenarios de la película Amelie, allí paseamos por esta pintoresca calle y me compre dos pares de sandalias de cuero a 7 euros cada una, hermosas!! Esta calle también tiene un mercado muy famoso para recorrer.


Luego de aquí llegamos al Panteón que es la necrópolis francesa, allí están los muertos más célebre de París. La entrada vale 8 o 9 euros. Nos enteramos algunas historias como que Alejandro Dumas no fue aceptado en el Pantón hasta el año 2002, ya que era mestizo y que sólo hay dos mujeres en el Panteón, Marie Curie que era una famosa física y Sophie Berthelot, esposa del químico Marceline Berthelot quienes habían pedido no ser separados en la muerte.


Del Panteón caminamos hasta los Jardines de Luxemburgo, que maravilla de lugar!! Estaba repleto de flores y el palacio es sumamente elegante. En estos jardines no podes descansar tirado en el pasto como en Campo de Marte o la Place des Vosges, ya que está cerrado, pero hay sillas por todo el lugar para que te sientes. Allí hicimos un inolvidable pic-nic al compás de una orquesta que tocaba en el lugar, realmente bellísimo!


De los Jardines caminamos por el Boulevard Saint Michel, pasamos por el Museo de la Edad Media de París o Museo de Cluny hasta llegar al Barrio Latino, lleno de callecitas plagadas de restaurantes de diferentes países del mundo, aquí se hallan lugares a buen precio para comer, 10, 11, 12 euros el menú. Visitamos también la famosa librería Shakespeare y Co.


Luego empezamos a recorre el barrio de Saint Germain, distrito 6 de París, el Boulevard Saint Germain es pintoresco y sus calles aledañas son encantadoras. Llegando a la parada de metro Odeón, van a ver la estatua de Darnton, justo en dirección hacia donde él mira, está la entrada de una calle antigua de París que conduce hasta el restaurant más viejo de París, Le Procope (esto puede verse claramente con Google Maps). Por este lugar desfilaron grandes personalidades de la historia de París: Voltaire, Diderot, Rousseau y hasta Napoleón quien una noche que consumió algo aquí no tenía dinero y dejó su sombrero como promesa de volver a pagar la cuenta, pero nunca lo hizo, por lo que ellos hoy exhiben su sombrero. Si miran atentamente las paredes del lugar están inclinadas desde su base hacia afuera y esto se debe a que debían pagar impuestos por la superficie por lo que trataron de inclinar sus paredes hacia afuera para ganar más espacio sin pagar impuestos.

Cerca de aquí, justo enfrente de unas entradas de Le Procope hay un portón que dice "propiedad privada" pero en el que se puede entrar sin cometer ninguna infracción y conduce a un pasaje que se llama la Cour de Rohan, entrar aquí es trasladarse cientos de años atrás, este pasaje se corresponde con una de las antiguas puertas de la ciudad de París, donde los visitantes que querían ingresar a la ciudad debían pagar algo así como el 50% de lo que traían. La Cour de Rohan es un misterioso pasaje, compuesto por tres lúgubres patios de viejo adoquín y hermosas enredaderas cubriendo las paredes. Algunos tesoros ocultos están en este pasaje como un pas de mule, el último que queda en París y que es un apoya pie metálico para que las mujeres y los hombres de edad pudiesen estar más elevados a la hora de subir al caballo. También hay un antiguo pozo de agua, unos de los catorce últimos que quedan en París cuando solía haber 30.000.


Continuando por el Boulevard Saint Germain nos encontramos con dos cafés históricos de París el Café de Flore y el Deux Magots, ambos frecuentados años atrás por escritores, intelectuales y artistas de la ciudad. Cerquita de éstos se halla la Iglesia Saint Germain des Pres.


Esa noche cenamos en el Barrio Latino en un lugar muy recomendable por 18 euros era un restaurant que emulaba una suerte de parador de caza, tipo cabaña, exhibía una cabeza gigante de alce en su decoración y sus platos eran abundantes y de animales de caza.


Salimos con la panza llena y nos dirigimos a un pub muy cerquita del resto que se llama la Taverne de Cluny (está en Google Maps) la entrada es gratuita y la cerveza creo que vale 5 euros, hay música en vivo, muy bueno.


DIA 3


El día tres lo dedicamos al París monumental, triunfal y con las mejores vistas.


Comenzamos nuestro paseo por el patio del Louvre con su famosa y tan cuestionada pirámide, los franceses tienen un gran rechazo por aquellas construcciones modernas que rompen con la elegancia del pasado. En el momento de su construcción lugares como el Centro Pompidou, la Torre Eiffel, la pirámide del Louvre, generaron la oposición de muchos franceses que no están de acuerdo con alterar el clacisismo de su arquitectura.


Caminar por el patio del Louvre es realmente desestresante recomiendo ir de noche también, ver la pirámide iluminada y escuchar buena música, ya que aquí hasta las 21 que cierran las puertas hay músicos practicando distintas melodías. Una belleza! Saliendo por el patio nos encontramos con el Pont des Arts, este puente es uno de los mejores lugares para aquellos que quieran hacer un pic-nic en París, es un lugar mágico que durante la noche se llena de juventud.


Luego de atravesar el patio fuimos caminando por las Tullerías que eran los antiguos jardines del Palacio del Louvre, estos tienen fuentes y hermosas estatuas, pero lo más maravilloso de este paseo es que de aquí uno tiene para mi la mejor vista de París, mejor que del segundo piso de la Torre!! ya que si mirás para adelante ves el obelisco egipcio de la plaza de la concorde justo en el medio del Arco del Triunfo que se halla al final de la Avenida de los Champs Elysees.


Y si mirás para atrás te deslumbra la inmensidad y buen gusto del Louvre. También se ve la Torre Eiffel a un costado. Esta vista es de las mejores de París!!


Caminando por las Tullerías, luego de atravesar el gran pórtico enrejado donde finalizan avanzamos hacia la Plaza de la Concorde, en uno de sus laterales se encuentra el famoso hotel Crillón, uno de los más caros de París.


Desde esta plaza caminamos a lo largo de los Champs Eyseés hacia el Arco del Triunfo. En esta famosa avenida hay muchos restaurantes y negocios conocidos. Está Nespresso donde vimos que la máquina de café que nos gusta y sale USD500 en Argentina, allí estaba 170 euros, bastante menos. Lamentablemente dejamos la compra para el último día pero no nos dimos cuenta que era domingo y estaba cerrado :(


Subimos al Arco, vale 9 euros y son 280 y tantos escalones, no tiene ascensor. Para mi no vale mucho la pena, ahora que veo las fotos la verdad es que quedaron lindas pero no me pareció gran cosa la vista.


Por la tarde fuimos a Versailles, en un viaje anterior habíamos entrado la Palacio así que esta vez era el turno de los jardines y el Trianon, lo cierto es que nos gustó mucho este paseo. La entrada al Triannon vale 10 euros y a los jardines es gratis a menos que ese día estén las aguas musicales que vale 8 euros la entrada.
Volvimos a París a eso de las 20 horas, ya que nos quedamos recorriendo un poco la ciudad de Versailles. Cenamos en un pequeño restaurante cerca de la Plaza Vendome y nos fuimos a dormir.

DIA 4
En nuestro cuarto día en París caminamos por Rond Point y pasamos por el Petit y el Grand Palais, ambos edificios fueron construidos para la exposición universal que hubo en París en el año 1900. Son un hermoso ejemplo del estilo art nouveau.


Estos están a escasos pasos del que dicen en puente más hermoso de París: Alejandro III, este fue constuído para la misma exposición y la verdad que un atardecer contemplando el río y la vista de la Torre es altamente recomendable. Tuvimos la suerte de ver dos novias en el puente sacándose fotos!


Del otro lado del puente se halla la explanada de los Inválidos, un espacio verde que culmina en el maravilloso Hotel des Invalides construido por el Rey Sol, Luis XIV, quien procura asilo para aquellos heridos combatientes de guerra. Este complejo arquitectónico hoy alberga diferentes museos del ejército de sumo interés y detrás de este se encuentra a Iglesia del Domo con una maravillosa cúpula. Debajo de la cúpula del Domo está la tumba de Napoleón. El emperador descansa dentro de siete ataúdes y hay una curiosa historia que cuenta que Napoleón decía que el no tenía el derecho a ser puesto en la parte superior, porque ese era el lugar de los reyes, pero tampoco debía estar a nivel del suelo, ya que ese era el lugar de los soldados. Así que Napoleón sugiere que lo pongan a una altura media. Por eso hoy cuando se entra a la tumba se lo hace por la parte superior, quedando la tumba abajo por lo que se debe hacer una suerte de "reverencia" para contemplarlo. O bien se accede caminando por la parte inferior donde uno debe mirar hacia arriba para verlo. La leyenda dice que Napoleón con este discurso de falsa humildad logró hábilmente su cometido. Ambas formas de ver su tumba implican una superioridad de parte del emperador hacia el espectador.


De los Inválidos caminamos por la avenida de la Motte Picquet hacia Campo de Marte, este predio verde ofrece una de las mejores vistas de la Torre Eiffel. Se llama así porque en un extremo está la Escuela Militar y su nombre alude a Marte, dios de la guerra de los romanos. Los 14 de julio se hacen desfiles militares en éste.


Luego con mucha paciencia comenzamos a hacer la cola para subir a la torre, que en viajes anteriores no habíamos querido hacer, siempre priorizando recorrer la ciudad. Estuvimos una hora haciendo la cola, pagamos 13 euros hasta el tercer piso (hasta el segundo vale 8 euros). Tomamos el ascensor que va sólo hasta el segundo piso (para ir al tercero hay que tomar otro en el segundo). Las vistas son buenas, pero los cuatro coincidimos en que si sabíamos que era así no hubiésemos subido. Nos nos convenció, tal es así que para subir al tercer piso teníamos 45 minutos de cola más y decidimos bajar directamente a recorrer la ciudad.


De allí fuimos hasta Trocadero es del oro lado de la Torre, enfrente de Campo de Marte pasando la Torre. Desde este lugar uno puede sacar las mejores fotos de la Torre, es una especie de plaza elevada donde se ve la Torre con Campo de Marte de fondo.


A las 14.30 fuimos hasta la Plaza Vendome donde realizamos una hermosa excursión en bicicleta eléctrica por París, se llama Paris Charmes and Secrets y tiene muy buenas críticas en Tripadvisor, sale 45 euros por persona, pero la verdad es que vale la pena. No sé si para una escapada de dos o tres días, pero ésta al ser nuestra cuarta vez en la ciudad luz queríamos hacer algo diferente y vaya que lo conseguimos!! Este recorrido no va por los lugares convencionales de la ciudad, ni te ofrece la información básica, habitual que el resto de los tours hacen. Te cuenta más bien secretos, historias ocultas o muy interesantes de la ciudad.


Por ejemplo yo siempre le decía a mi marido que no me gustaba el color del obelisco que hay en la Plaza Vendome que tiene a Napoleón en su cima, por qué lo habían hecho de ese material de color verde?? y allí me enteré que ese obelisco está hecho con los cañones enemigos que fueron derrotados por el emperador en la batalla de Austerlitz, una locura!! Y como ésta muchísimas otras historias! Ellos van hacia el Palais Royal, Louvre y sobre todo a la Rive Gauche, Barrio Latino y Saint Germain. Les cuento más que nada por si organizan un itinerario y quieren hacer el tour para que no repitan lugares. El tour dura 4 horas, hay bajadas en diferentes sitios y la verdad que no es para nada cansador!


También fuimos a la Iglesia de Saint Suplice en Saint Germain, donde se filmó el código Da Vinci y nos contaron una fabulosa historia sobre unas pinturas de Delacroix que se hallan en la iglesia. Al anochecer fuimos a pasear al patio de Louvre que, como les decía, había músicos y nos quedamos recostados en la pared de la fuente de la pirámide donde se respira una atmósfera muy tranquila. Luego cenamos en una restaurante de la zona y nos fuimos al hotel.

DIA 5
Este día lo comenzamos en el mercado D´Aligre, es un mercadito típico parisino que vende verduras, pescados, de allí caminamos hacia la Plaza de la Bastilla donde presenciamos una gran manifestación, muchísimas personas en las calles solicitando que no se extienda la edad del retiro laboral. Según me han comentado el gobierno quiere extenderla, y hay muchos que se oponen.


De aquí nos adentramos en un barrio muy trendy y cool, que está súper de moda en París: el barrio Le Marais. Esta zona que corresponde a los distritos 3 y 4 de la ciudad es muy pintoresca. Es importante que sepan que en el siglo XIX hubo una modificación muy grande en la arquitectura de la ciudad de la mano del Barón Haussmann quien mandó a derribar muchísimas construcciones y barrios, dando aire a la ciudad y creando los grandes boulevares de París. El ideó la Plaza Charles de Gaulle Etoile (que significa "estrella", ya que muchas avenidas confluyen en la misma, formando una especie de estrella). Así que gran parte de las maravillosas vistas y explanadas que posee la ciudad son obra de Haussmann. Digo esto porque la modificación no llegó al Marais y este es unos de los barrios que no fue afectado por los cambios y conserva su estructura antigua.


Le Marais está lleno de negocios de moda, de diseño, de arte. Hay para visitar muchos hoteles, estos son antiguas mansiones de nobles franceses, que poseen una jardincito en su entrada, algunos se encuentran abiertos al público y te podés sentar a descansar. Otra de las atracciones del barrio es el Museo Carnavalet, me lo recomendaron mucho, éste cuenta la historia de París, pero actualmente está cerrado por refacciones, así que no pudimos ir...También el Museo Picasso y el Museo de Arte e Historia del Judaísmo, ya que en este barrio se asentó la comunidad judía y desde la década del ´80 es el barrio gay.


Definitivamente una de las atracciones del barrio es la Place des Vosges, una exquisita plaza, absolutamente simétrica y enmarcada por armoniosos edificios, una preciosura! En ésta se halla la casa de Víctor Hugo.


En este barrio hay una calle bastante conocida que se llama la Rue des Rossiers, en ésta se encuentran muchos locales que venden Fallafel y algunas ferias americanas.


Le Marais es una visita obligada en un actual viaje a París, un barrio exquisito cuyas mejores palabras para definirlo hoy en día están vinculadas a lo bohemio, cosmopolita y vanguardista.
De este pintoresco barrio continuamos por la Rue de Rivoli, pasamos por el Forum de Les Halles que es un inmenso centro comercial subterráneo, el Palais Royal y nos tomamos un absolutamente delicioso chocolate blanco en la famosa casa de té Angelina, pedimos también la especialidad de la casa, "el Mont Blanc", pero no nos gustó demasiado...





Ya habiendo recuperado energías y descansado las piernas continuamos por la Rue de Rivoli hasta la Rue Royale, en ésta doblamos a la derecha hacia la Iglesia de la Madeleine es un hermoso edificio de columnas al mejor estilo romano. En la Rue Royale hay muchas joyerías y está el legendario restaurant Maxim´s solo permitido para las billeteras más ostentosas.


Al costado de la Madeleine hay un mercadito de flores, las flores en París son una delicadeza, tienen tan buen gusto para la combinación de sus colores! pero son carísimas!




También detrás de la Madeleine se encuentra el local de delicatessen Fauchon, con precios exorbitantes ofrece exquisita mercadería para los paladares más exigentes. Tal es así que al final del Silencio de los Inocentes, Hannibal Lecter destestando la comida del avión abre una caja de Fauchón.


De la Madeleine fuimos caminando hacia la Ópera y de allí a las galerías Lafayette, entramos a ver la maravillosa cúpula de este centro comercial y luego continuamos viaje hacia a la Rue de la Paix, donde se encuentra el famoso café que lleva el mismo nombre.

Antes de que anochezca dimos una vuelta por la calle Faubourg Saint Honore, un sitio muy exclusivo de la capital repleta de los comercios más prestigiosos del mundo.

Nuestra última noche les voy a contar una experiencia maravillosa que hemos tenido. Yo llevé un mantel desde Argentina, algunas velitas, de las pequeñas, palitos chinos. Y con algunas copas que teníamos en el hotel, hicimos una gran compra en el super y nos fuimos a la noche para Campo de Marte a hacer un pic-nic nocturno a la luz de las velas y de la Torre centelleante. Teníamos salmón, sushi, nachos con salsa, langostinos, queso brie, cambembert, vino y mucho más!!! Fue absolutamente maravilloso!!! Lo súper recomiendo!!!


Y así nos despedimos de París contemplando la Torre Eiffel iluminada...centellando para siempre con sus luces en nuestra retina. Dándonos un recuerdo que será eternamente evocado cada día de nuestras vidas. Y, así, cuando empecemos a comprender que el adiós se apronta inminente como tormenta de verano, comenzaremos a experimentar ese sabor dulce-amargo, de inexplicable felicidad y nostalgia a la vez, que sólo pueden entender aquellos afortunados que conocieron París enamorados.